Ya vimos I Want To Eat Your Pancreas en Cinepolis y te la contamos: La fórmula para hacer llorar
El pasado lunes tuve la oportunidad de ver I Want To Eat Your Pancreas, el titulo más reciente que la distribuidora Konnichiwa Festival ha traído a México y que se proyectará los días 31 de mayo, 1 y 2 de junio. La película dirigida por Shin'ichirô Ushijima es un viaje emocional que no puedes perderte.
El filme japonés se arriesga al comenzar presentado, básicamente, su final; sin embargo, en lugar de arruinarte la experiencia, la primera escena resulta el anuncio de un viaje, lleno de diversos sentimientos, que estamos a punto de emprender.
La historia sigue la vida de dos chicos: Sakura y él, de quién no conocemos su nombre hasta bien entrada la trama y revelarlo aquí arruinaría parte de la experiencia. Ambos se encuentran un día en el hospital, donde el chico encuentra el diario de Sakura revelándose así que ella sufre una enfermedad de páncreas de carácter terminal. A pesar de su funesto destino, Sakura es alegre y en contra de los deseos y constantes rechazos del joven, está determinada a entablar una amistad sin saber que los cambiara a ambos.
La primicia de la película puede sonar conocida, existen ejemplos tanto en historias americanas como Bajo la misma estrella y Ahora y siempre o títulos japoneses como Your Lie in April y ¿La Desaparición de Haruhi Suzumiya?; pero I Want To Eat Your Pancreas goza de una serie de virtudes que la hacen resaltar.
El punto más alto que tiene esta película y su virtud más increíble es poderte llevar de la risa al drama y luego al llanto en cuestión de minutos, pero sin resultar anti climático o forzado; una sutileza que sólo los japoneses son capaces de llevar a cabo. Sin duda, mi secuencia de escenas favorita es aquella que empieza con la revelación del libro favorito de Sakura y que termina en un día de lluvia.
Aunque la película forma parte de una lista de títulos con fórmula definida, el argumento de esta resulta único en su simpleza y sin pretensiones pues no aspira a abarcar más de lo que quiere. Se centra en dejarte muy claro su mensaje con bellos monólogos sobre el propósito de la vida y las ganas (o la falta) de querer vivirla. Nuestro trabajo como espectador será definir con que mensaje queremos quedarnos y si lo aceptamos o no.
I Want To Eat Your Pancreas está basada en la novela ligera del mismo nombre, creada por el japonés Yoru Sumino, publicada en el 2015. Desde entonces, la novela ha sido traducida en varios idiomas y es considerada una de las historias más sobresalientes de Japón en los últimos años.
Por otro lado, el trabajo de doblaje cumple lo que promete. El encargado fue el estudio CineDub, con traducción de Maria Macouzet y dirección de Eduardo Garza. El trabajo de Miguel Ángel Ruiz (Él) y Erika Ugalde (Sakura) es gratamente bueno; ambos dan vida y personalidad a sus personajes y en ocasiones eso sacó adelante algunas inconsistencias que tiene la animación; que se tiene que decir: en algunos momentos es un maravilloso despliegue visual, pero en otros momentos falla un poco respecto a la precisión, de forma más concreta en el diseño de personajes (algo que sucede mucho en el anime).
Finalmente, sólo por no dejarlo de mencionar, la banda sonora encabezada por la banda Sumika es el complemento perfecto que dota de emoción a cada escena, a veces deja sin aliento.
En términos generales I Want To Eat Your Pancreas es una historia que no te puedes perder. Pero eso sí, llévate una caja de pañuelos porque la secuencia final seguro que te hará llorar.
DOBLAJE
☆☆☆☆ 5/5
HISTORIA
☆☆☆☆☆ 4/5
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