Entrevista a Antonio Valdez, traductor de Demon Slayer y Las Quintillizas: “Es un sueño hecho realidad”


La trascendencia del manga en México se convirtió en una puerta más para que los fanáticos mexicanos disfrutáramos de títulos extraordinarios que en estos tiempos podemos leer directamente en nuestro idioma, el español. Todo gracias al boom que se desató en los años 80s, cuando en la televisión se comenzó transmitir el anime, desatando tal influencia en el cómic japonés.

Tras la solicitud de mangas en nuestro país, las editoriales mexicanas que iniciaron con la distribución, como fueron Toukan y Vid, trabajaron para mejorar la calidad del material, entre ellos uno de los principales detalles que consiguió atrapar a los mexicanos: la traducción de los mangas.

El talento para interpretar cada una de las emociones de los personajes sin sonar repetitivo, y al mismo tiempo transmitir la esencia que los mangakas japoneses buscan dejar en sus obras, ha sido la labor del traductor mexicano, Antonio Valdez, quien en seis meses dentro del mundo del manga nos cuenta sobre su experiencia en la industria y sobre los títulos que actualmente está trabajando para Editorial Panini, como son: Demon Slayer (Kimetsu no Yaiba), Las Quintillizas, y el más reciente , Atelier of Witch Hat.

Con 20 años leyendo manga en japonés, es un sueño hecho realidad para mí trabajar en la traducción de mangas, y saber que más lectores y aficionados al manga, a Japón, la cultura japonesa y al anime aquí en México pueden tener acceso a estas obras en su idioma. Es como un sueño para mí.

Nos gustaría que nos contaras un poco sobre cómo empezó tu historia en la traducción de mangas
Eso nos llevaría 20 años atrás, cuando empecé a estudiar japonés en la ciudad de Guadalajara (ciudad natal), donde también ejercí como maestro de japonés, hasta que me fui a trabajar durante tres años en Japón, después regresé a México para laborar con empresas japonesas en El Bajío durante unos siete u ocho años en la traducción de textos.

Específicamente en el manga, comencé desde el año pasado cuando me decidí a buscar trabajos relacionados a lo que a mí me gustaba, en la traducción de videojuegos, anime y manga. En ese momento, unos amigos me contactaron por Twitter para platicarme sobre un puesto en traducción de mangas para la empresa DARUMA, quien me conectó con Editorial Panini, y así se dieron las cosas.

¿Cuál fue tu reacción al enterarte que traducirías Demon Slayer (Kimetsu no Yaiba) y qué opinas de la obra?
¡Fue una muy grata sorpresa para mí! Recuerdo que antes de recibir la noticia, mis amigos cercanos e incluso mi sobrino ya me había recomendado ver el anime, y justamente al terminar de verlo me asignaron el título, y me tomó por sorpresa, estaba muy alegre, ya que desde siempre he sido fan de todas las obras de la Shonen Jump, así que encargarme de una de las series más populares en este momento de la revista fue un orgullo y una alegría muy grande.

Respecto a Demon Slayer, la obra tiene mensajes muy bonitos para los lectores, es muy humana y llena de muchos sentimientos. A pesar de que muchas personas piensan que es una serie más del momento, no lo creo igual, pues la serie destaca por los diferentes puntos que tiene, como es el caso del protagonista Tanjiro, él no busca ser el hokage, él no quiere ser el rey de los piratas, él simplemente quiere ayudar a su hermana, y eso es lo que echa a andar la historia. Tal y como dice la obra, lo importante es la familia.

¿Cuál ha sido el desafío más importante durante tu carrera?
En general, mi desafío más grande fue conseguir trabajo en Japón. Mi sueño siempre había sido vivir y trabajar allá, y al tener habilidades en el idioma y conocimientos, fue muy difícil que me tomaran en serio cuando empecé a mandar mis solicitudes para ser maestro de español o inglés desde México, porque no solía recibir respuestas.

Cuando contraje matrimonio con mi esposa, quien es originaria de Japón, nos fuimos a vivir allá por un tiempo, y durante ese periodo recibí mucho apoyo por parte de una agencia para ejercer en el país.

¿Qué otro título de Panini te hubiera gustado trabajar?
A mí me gusta la mayoría de los títulos de la Shonen Jump, entonces me hubiera gustado trabajar en My Hero Academia, ya había pasado tiempo desde que Panini comenzó a publicar la serie para México, y en ese momento pensé: ¡Ojalá que me hubiera tocado a mí!

Otro título que también se me hace muy interesante es Yakusoku No Neverland (mejor conocido como The Promised Neverland), pero si nos regresamos tiempo atrás, me hubiera gustado trabajar con Naruto o Rurouni Kenshin.

¿Tienes preferencia por alguna demografía de mangas?
Sí, todo eso empezó cuando en la televisión mexicana pasaban las series animadas de Saint Seiya, Dragon Ball y Ranma ½, eso me atrajo al shonen. También he leído mi parte de shoujo o de seinen, pero lo que más me gusta es shonen y en especial los títulos que se publican en la Shonen Jump.

Un traductor, ¿cómo podría colocar su propio estilo en una obra?
Hay algunas palabras dentro de los títulos que un traductor puede interpretar de diferente forma, en especial cuando se trata de mangas shonen, como es el caso de la palabra masaka, que se refiere a una escena en el que el personaje es sorprendido por el enemigo.

Lo que que quiere decir el autor en ese momento puede interpretarse como varias cosas, puede ser: ¡Ay, no puede ser! o ¡cómo está pasando esto! Sin embargo, siempre que me encuentro con esta palabra suelo traducirla como ¡no es posible! o ¡no puede ser! o lo que más me gusta poner es ¡no me digan que…!

Básicamente, es siempre utilizar la misma frase para este tipo de expresiones que son una especie de stock en los mangas, lo que hace que los lectores identifique quién fue el traductor de la obra.

Un ejemplo claro de dejar mi marca en la obra se puede encontrar en el primer tomo de Atelier of Witch Hat. Para no dar spoilers ni nada, las aprendices se encuentran en una situación muy peligrosa en donde una menciona la frase usada, en esa parte decidí ponerlo como ¡es broma o qué! o algo así.

¿Puedes contarnos acerca del proceso de traducción? Es decir, ¿cómo lo llevas a cabo?
Estaba leyendo la entrevista que le hicieron a Etel León, y es básicamente lo que ella dice. Bueno en mi caso, yo recibo los tomos originales en digital y también los tengo en físicos en mi estudio, así que lo primero que hago es adelantarme lo más posible en la historia para tener una visión a futuro de la obra.

Empiezo a leer primero todo el manga, después comienzo a marcar todos los diálogos, las onomatopeya, los letreros que están en los fondos para después iniciar con la traducción en otro documento, mientras en una pantalla tengo el manga original en otra tengo el Word abierto para empezar a escribir la traducción. Al terminar, hago un descanso de cuatro horas para repasar o encontrar algún error de ortografía o gramática, e incluso para verificar si se entiende lo que acabo de traducir, ya que el japonés suele ser un idioma muy repetitivo que en México no es común escucharlo con tantas repeticiones.

En alguno de los mangas que traduces, ¿tuviste que hacer un cambio de último momento?
Sí me ha pasado, justo cuando estoy en el proceso de revisión es cuando me quedo con la duda de si los lectores van a entender o no, así que vuelvo a ver la escena e investigó un poco en páginas oficiales de la obra.

Por ejemplo, al principio de Kimetsu no Yaiba cuando se explica que el universo está compuesto por el equipo de los buenos, en este caso los cazademonios, y los antagonistas que son los demonios. Desde la creación de un demonio, sus poderes, las técnicas de respiración, todo este universo es una terminología que tienes que decidir cómo se va a traducir.

Para hablar sobre las espadas nichirin en Kimetsu no Yaiba, empezó mi duda por saber si iba a dejar el término como tal en japonés o tendría que cambiarlo, así que opté por dejar la frase en su idioma original para darle una ambientación en japonés por el contexto que tiene la obra en la era Taisho.

¿Cuál crees que es la parte más compleja de traducir un manga?
Yo creo que es al principio de que llega la asignación del manga, sobre todo si no conoces la obra. Si es una obra en shonen y no estás familiarizado con las técnicas o el sistema de peleas y batallas, será complicado ir construyendo todos esos términos en japonés para los lectores, así que lo primero que tienes que hacer es investigar y obtener conocimiento para explicar bien la obra.

En el caso de Atelier of Witch Hat con todo el sistema de magia o con Kimetsu no Yaiba y las técnicas de respiración, tenía que traducir todo al español de una forma en que los lectores lo entiendan y disfruten, ese es el objetivo del manga.

Y en este tema, ¿qué título de los que traduces dirías que es el más complejo y por qué?
Cada uno tiene su parte en lo más complejo. En Go Toubun no Hanayome (Las Quintillizas), cuando hablan sobre las materias como Biología o en sus cuadernos se leen apuntes de la historia de Japón, cosas que en México no estudié, es cuando tengo que investigar en otros artículos para saber cómo traducirlo.

En Kimetsu no Yaiba, hasta cierto punto es fácil traducir los diálogos de personajes como Tanjiro, o Zenitsu que es un poco molesto de traducir, pero en la parte de los demonios que son antiguos, como el demonio de las flechas y de las pelotas. Ambos tenían conversaciones con japonés antiguo, tal vez sí fue un reto traducirlo al español y al mismo tiempo dejar un poquito de la esencia del idioma original en los diálogos. Fue un reto, pero muy interesante.

Todas las obras trabajan en diferentes niveles, tanto los personajes principales, los que hacen el rol de mentor o de maestro, los enemigos, o incluso si hay personajes infantiles, todos hablan en diferentes registros de lenguajes.

Esa parte hace interesante al personaje porque le brinda una voz distintiva incluso en español, como con Las Quintillizas. Las cinco hermanas tienen personalidades muy diferentes, diferentes gustos y formas de hablar, así que cuando traduzco trató de meterme en el personaje para saber cuál sería la mejor manera en que ellas se expresarán de tal forma, se me hace muy interesante para mí.

Con respecto al manga de Las Quintillizas, ¿cómo lograste interpretar la forma en que cada una se expresa del protagonista?
En japonés cada una menciona el nombre del protagonista masculino de una forma diferente como: “Futaro”, “Futaro-kun”, “Uesugi-san”, “Uesugi-kun”, o por ejemplo Nino que solo le dice “tú”.

Cuando empecé a traducir el primer tomo de Las Quintillizas me percaté de que todas, incluido Futaro, son estudiantes de preparatoria, así que para pasarlo a un español mexicano consideré que iba a sonar un poco extraño que chicas de preparatoria llamarán a un compañero de clases por usted o por su apellido, por esa razón se decidió dejarlo como Futaro.

A futuro el manga necesitará cada uno de los nombramientos, por ello reflexionamos y consideramos algunos comentarios de los lectores para volver a discutir este proceso y diversificar la obra a partir del tomo número 3, donde ha destacado más este tema.

¿Cuál ha sido el reto más grande en tu carrera de traductor?
Mas que traducir documentos y mangas, ser intérprete de japonés a veces sí es muy pesado, sí es un reto. Me ha tocado estar en auditorias de clientes, donde estás pegado desde las ocho o diez horas, incluso todo el día con un japonés, susurrándole al oído lo que los mexicanos les dicen, eso ha sido un reto para mí, pero también tiene sus ventajas.

Cuando la persona logra entender a la perfección lo que quieres decir y la comunicación entre ambos fluye de forma correcta, es cuando me complace de que sí sirve mi trabajo.

¿Alguna anécdota graciosa o triste sobre alguna traducción que puedas contar?
Esta anécdota es más de intérprete que de traductor de manga. Hace como 15 años, me invitaron a ser intérprete de una banda de visual kei que vino a México a dar unos conciertos, su nombre era Blood.

El organizador del evento me contactó desde la Ciudad de México para trabajar con la banda, yo viaje desde Guadalajara para acompañar a los miembros de la banda todo el tiempo. Me tocaba acompañarlos a comer, a los conciertos, ensayos y a las pruebas de sonido para mantener la comunicación con los organizadores en México.

La última vez que me tocó estar con ellos, se encontraban a minutos de salir a tocar, cuando se acercaron a mí para comentarle al organizador sobre el dinero de unos boletos de avión, pero el hombre decidió evadir la pregunta con varias excusas, por lo que los miembros de la banda le comentaron que no iban a subir al escenario.

Yo estaba en la discusión para traducir lo que la banda quería decirle al organizador y viceversa, hasta el momento en que los integrantes se molestaron tanto que comenzaron a golpear la mesa y a gritarle al organizador. Como intérprete y como traductor, no te vas a poner a gritarle a las personas de cosas a pesar de la discusión, sin embargo, era importante transmitir esa emoción que sentían los artistas por la gravedad del asunto.

Sin embargo, el organizador decidió salir del lugar y para evitar el problema no regresó, así que la banda tuvo que pensar mejor las cosas para no dejar a los participantes esperando, ya que no tenían la culpa, por lo que se decidió junto con el equipo de sonido realizar un evento alterno y en un espacio más pequeño para aprovechar el viaje.

El pago que iba a recibir tenía que ser por parte del organizador, pero tras su ausencia, consideré que era mi deber moral acompañar a la banda durante su último viaje en el país, ya que no sabían español para nada, y esa vez no recibí mi paga, pero saqué el trabajo como pude.

Al final la banda me regaló una caja llena de disco para vender y sacar mi pago por los servicios que brinde, así que me regresé a Guadalajara en camión con una caja llena de discos de Blood.

¿Cuál fue el primer manga que leíste en tu vida y el primero en físico que tuviste?
Yo empecé a leer lo que pasaban en la tele a finales de los noventa. En Guadalajara, había una tienda de cómics que se llamaba Comicastle, creo que ahorita la franquicia se llama Fantástico.

Ahí solía comprar mis cómics de X-men porque era muy fan, pero empecé a ver que traían cómics de Ranma ½, la publicación de Estados Unidos de la Editorial Viz, en ese entonces compraba grapas, no era como tal el tankōbon*, pues solo tenía uno o dos capítulos del manga. También leía de la Editorial Dark Horse, el manga de Blade of the Inmortal, llegué a comprar el primer tomo en inglés ya que me gustaba mucho el dibujo, la ambientación de samuráis y todas las peleas con espadas.    

Después de eso, compré algunos tomos en japonés de Ranma ½ y otros de Dragon Ball sobre el arco de Cell, ya que en ese tiempo solo se podía comprar lo que conseguía en las convenciones, era muy difícil empezar a comprar desde el tomo número 1.


*Tankōbon: En japonés se refiere al tomo recopilatorio de una serie particular, ya sea en manga, novela ligera, o algún artículo de revista.

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Escrito por:
Comunicóloga entrañable con una vida en el mundo otaku
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